¡La biblia es una fuente incomparable de inspiración y sabiduría! Esta grandiosa obra literaria contiene lecciones e historias relevantes que nos ayudan a abordar los problemas cotidianos de todo el mundo. Desde los tiempos antiguos, la biblia ha mostrado el concepto del orgullo como parte de la jornada humana, como representación de la autenticidad, la honra y la dignidad. ¡Vamos a explorar juntos los 25 Ejemplos Importantes de Orgullo en la Biblia!
Nuestra familia y nuestro hogar son reflejos del orgullo que cada uno siente al pertenecer a algo único e irrepetible. Es la necesidad fundamental que todos tenemos de pertenencia que hace que las relaciones con quienes nos rodean sean tan importantes. Para cada uno como individuo ser parte de una familia o un hogar es algo que da significado a nuestras vidas:
El orgullo que sentimos al respecto es la fuente de inspiración para preocuparnos por nuestra familia y nuestro hogar; preocuparnos por nuestros hijos, por hacer de nuestra casa un lugar cálido y seguro que alberga estabilidad y seguridad. Por tanto, es importante entender que el orgullo en la familia es un don de Dios. Dios nos aliena a ser orgullosos de nuestro hogar, como dice en Proverbios 12:24: “Y el que es diligente en su labor será feliz en su trabajo; pero el que es descuidado sólo abundará en desesperación?”, sugiriéndonos que la satisfacción de nuestro orgullo proviene de la dedicación y el esfuerzo que encierra establecer y mantener un hogar según se dice aquí.
La oración y el sacrificio son dos actividades importantes que alguien debe llevar a cabo si desea acercarse diferentemente al Señor. La oración es vital para la relación entre uno mismo y el Señor. Tener una verdadera comunión con el Señor, el cual es nuestro orgullo, requiere una apertura de corazón. Mientras contamos cómo conocimos a Dios, afirmamos que Él nos conoce. La oración nos abre el camino para una fe transformada.
El sacrificio es, además, un acto que nos ayuda a manifestar el honor a Dios. Esto lo dice Hebreos 12:2, cuando dice: “puesto que el que le persevera a el alcanza la paz,” por tanto debemos dar sacrificio para que nuestra conexión con el todopoderoso sea firme. Es decir, debemos renunciar a nuestros deseos para seguir a Él y demostrar que Él es nuestro orgullo. Al realizar un sacrificio se reconoce la grandeza de Dios y el poder que tiene sobre nosotros. Este sacrificio es un acto de adoración que permite un desarrollo íntimo del ser humano. como dice el salmista, “Sacrificio a Dios es el espíritu oprimido. Dios no desprecia el corazón quebrantado.”
La protección de Dios es un motivo de fortaleza para aquellos que tienen fe. Está promesa de Dios es un resguardo de que Él nunca nos abandonará. Esta promesa nos da la fe necesaria para no desfallecer:
Además, Dios es el único que verdaderamente nos protege. Él nunca se arrepiente de la protección que nos brinda segun lo que dice la biblia. Nos llena de firmeza al saber que acompañará nuestro camino de principio a fin. Es admirable como el Señor nos protege cada día, nos da fuerza para seguir adelante y nos abraza con amor. Por eso, nunca imposible el orgullo que viene con tener fe, sino que lo aliena.
Incluso en estos días, no hay nada tan consolador como ver a alguien obtener lo que merecen por sus actos. Algo así como un destino especial, para los justos. Esto es exactamente lo que Dios menciona en Isaías 41:10: “No temas, porque yo estoy contigo; No desmayes, porque soy tu Dios; Te fortaleceré, Sí, te ayudaré, Sí, te sustentaré con la diestra de mi justicia”.
Lo que nos recuerda este versículo de la Biblia es que todos los seres humanos somos gentilmente seleccionados y guiados por Dios, para que nos esforcemos para vivir una vida según su voluntad. Una vez que lo hacemos, no nos queda nada más para hacer que esperar a que Dios nos recompense con el orgullo de los justos. Es posiblemente una de las promesas más valiosas de toda la Biblia, un destino especial para aquellos que siempre han hecho el bien. Al final, la recompensa de llevar una vida de santidad es simplemente demasiado grande para nuestros juicios humanos.
No hay mejor forma de encontrar el destino reservado para el orgullo de los justos que estar profundamente comprometidos con Dios. Esto significa asistir a la iglesia, estudiar las Escrituras periódicas y establecer una relación íntima con él. Nuestra recompensa está condicionada a una vida bajo la dirección de Dios. Este es el mejor destino para quienes siempre han hecho lo correcto. como señala Mensajes de Vida “La justicia es una virtud que nos ayuda a vivir una vida más saludable con Dios”.
Esta hermosa cita del Proverbios es un llamado a preocuparnos por aquellos más débiles que necesitan de nuestra ayuda. Nuestros hermanos más necesitados son aquellos que, sencillamente, no tienen las mismas oportunidades. Aquellos que viven a diario el drama de la desigualdad, el hambre, la injusticia. Como creyentes, tenemos la responsabilidad de hacer algo para mejorar la situación de aquellos que tienen menos.
El Señor nos aliena al actuar sobre nuestra compasión. Una forma de empezar a hacer algo por los demas es con una donativo. Ayuda a los menos afortunados de tu comunidad o simplemente busca una Ruta Solidaria para acompañarlos en estos días críticos. La recompensa será recibir el favor de Dios:
Seamos la luz en medio de la oscuridad y le abramos las puertas a una luna llena de esperanza. Siempre tendremos la promesa de Dios de que nos bendecirá por la honrar.
Nuestro orgullo, a veces inconsciente, nos lleva a tener un don especial, una forma diferente de mirar la vida y descubrir nuevas ideas para compartir. Nuestra autoestima nos permite confiar en nosotros mismos para hacer lo mejor, para crecer personalmente y triunfar. Sin embargo, como dijo el Señor para el profeta Samuel “No mires a su apariencia ni a su gran estatura, porque yo lo he desechado. No mires a lo externo, pues el Señor mira el corazón”, 1 Samuel 16:7.
Nuestro gran orgullo puede despertar nuestras mejores aspiraciones para obtener lo que queremos, la realización de nuestras metas. Si bien es importante confiar en nosotros mismos, el orgullo también nos enseña a ser humildes. Nos cuestionamos cómo llegamos ahí, si un pudimos lograrlo sobre todo gracias al esfuerzo que todos pusimos de nuestra parte. Los grandes éxitos siempre deben ser compartidos para levantar a otros y seguir en la búsqueda de la verdad. ser humilde nos conduce a la vida divina que todos anhelamos. Como líderes espirituales, debemos recordar la importancia de usar el orgullo para buscar el bien de los demás. Démosles la gloria por todo lo que hacen y así, actos de amor harán que seguir adelante sea mucho más fácil para todos.
La Palabra de Dios es el cimiento para comprender nuestras vidas, particulares y colectivas. Así lo nos dice el versículo 8 del capítulo 8 del Libro de Eclesiastés.
Orden, propiedad, justicia y estado son los cinco pilares que soportan nuestro orgullo. Estas cinco características fortalecen el orden y forman una especie de apertura a una sana conciencia y disciplina de nosotros mismos. El proposito de este orden es la felicidad y una vida mejor para la comunidad humana. Esta disciplina nos ayuda a condenar el pecado y promover la bondad para mejorar como personas.
La Fe en Dios nos muestra un camino para alcanzar una existencia pacífica y satisfactoria. Esto nos lleva a un mayor respeto y construcción de una comunidad unida, donde todos podemos colaborar y crecer. Esta destreza proviene del conocimiento de la Ley de Dios y su autoridad sobre nosotros. Por lo tanto, se requiere que observemos la ley divina y nos rodeemos de Orden, Propiedad, Justicia y Estado para mantener nuestro orgullo.
Observar la ley de Dios siempre nos puede llevar a cabo un mejor futuro para nosotros. Como Indica en el Nuevo Mandamiento, somos invitados a amarnos unos a otros. Esto nos impulsa a una comunidad mejor con los cinco principios construir de Orden, Propiedad, Justicia y Estado.
El orgullo de un hombre es profundamente valioso para él y representa su dignidad. Como dice el proverbio hebreo 12:17, “Castigar a un hombre es quitarle su orgullo”, Dios permite que uno pueda ser castigado por sus transgresiones. La escritura también dice que si alguien castiga a su hermano por una disputa, debería ser correctamente tratado ; lo que significa que no debería encarcelarlo ni torturarlo. La mejor manera de manejar esto es con amor y respeto, no con violencia.
El encarcelamiento y la tortura de alguien como una respuesta a los conflictos entre hermanos es una violacion de los terminos de la ley de Dios. Estos actos de violencia no solo castigan el orgullo de un hombre, sino que también menoscaban su dignidad. Esto puede provocar vergüenza y resentimiento. Por lo tanto, es necesario que nos esforcemos por entender y abordar estas situaciones de manera apropiada sin hacer daño a nuestros hermanos.
Es necesario tener en cuenta y seguir los principios de la ley de Dios para poder manejar los problemas de la mejor manera. El apoyo de otros creyentes también puede ser vital para obtener un buen resultado y una solución sostenible.
Uno de los versículos más conocidos de la Biblia es el de 1 Samuel 16:22: “El Señor ve más allá de lo que los ojos humanos ven; él mira los corazones de las personas”. De acuerdo con esta Escritura, el Señor conoce lo que hay en el fondo del corazón humano, incluyendo el orgullo.
El orgullo es un sentimiento complejo, que puede tener un lado positivo y uno negativo Vo. Por un lado, el orgullo es una forma de amarme a mí mismo ya los demás. Esto conlleva un sentimiento de aceptación de quién soy y de respeto por los demás. Si todos nos amamos a nosotros mismos ya los demás con orgullo, esto nos permitirá fluir junto con el propósito de Dios de construir una comunión de amor. Vida Alabanza refiere que, como dice la Biblia en Proverbios 3:34: “Él sólo maldice al orgulloso, pero extiende su amor al humilde”.
El orgullo es un fruto desafortunado de la riqueza. La miseria no le da a uno el orgullo de una posesión, por lo que es importante no ser orgulloso y consentir a que otros sigan siendo granjeros o pobres. Esta es la sabia advertencia dada en Proverbios 23:5.
Somos testigos de un mundo cada vez más ambicioso, en el que todos desean obtener riqueza. No hay nada malo con perseguir riqueza y comodidad, pero muchas veces, estas cosas nos llevan por la senda de la soberbia y el orgullo. A medida que escalamos los niveles de éxito, tendemos a olvidar el valor de la humildad. Según Proverbios 23:5, es importante que recordemos a aquellos que están en la miseria al mismo tiempo que nosotros experimentamos la abundancia y el éxito, para evitar caer en el orgullo.
Por ejemplo, cuando necesitemos obtener alimentos, debemos recordar a aquellos que los cultivan y los pobres que no tienen comida. Solo cuando sentimos gratitud por la abundancia que nos rodea, podemos renunciar a nuestra ambición y orgullo. Entonces, según Proverbios 23:5, “no seas orgulloso y consenta a que otros sean granjeros y pobres, porque de esta forma ni tú tendrás el orgullo de ser rico”.
La mejor manera de alcanzar esta humildad es recordar las enseñanzas de la Biblia, como lo hace david c cocineroesforzarse por servir a los demás y no compararse con aquellos con menos éxito.
Los hijos de Dios merecen ser tratados con el más alto respeto. Ser una Persona de Fe, significa que se aspira a vivir con los principios divinos en el corazón. Sin embargo, ¡debemos evitar a toda costa permitir el orgullo en nuestra vida! El orgullo limita el espíritu de humildad con el que como hijos de Dios debemos andar. Si estamos orgullosos, no permitimos que Dios nos ayude si necesitamos ayuda. No debemos ser egoístas, sino compartir la bondad y la generosidad que tenemos el uno por el otro, para construir el reino de Dios.“Nada de orgullo, ni de engreimiento; que tu propia sabiduría sea tu humildad” (Proverbios 30:5). Estas palabras nos recuerdan que dejemos de lado el egoísmo a fin de que la humildad alimente el espíritu. Esta actitud nos da la oportunidad de adorar a Dios en comunidad, sin distracciones o el temor de que los egos del mundo nos separen de Él. Esto se puede lograr mediante la oracion por la humildaddonde pedimos que Dios guié nuestras vidas en lugar del orgullo pecaminoso.
El ojo del Rey, el Dios que nos observa y conoce mejor que nadie, significa que la verdad, el orgullo y la humildad se encuentran siempre bajo vigilancia.
Bajo la mirada de Dios somos desafiados a mantener la honestidad y los valores; a ser sinceros y compasivos; a vivir apropiadamente nuestro propio orgullo y humildad. Esto invariablemente trae consigo la prosperidad.
Y como dice el Proverbios 31:18, “Ella se asegura de que siempre pongan su orgullo y humildad a la vista de todos”
Una vida llena de orgullo y humildad es un regalo de Dios, y debemos estar muy agradecidos de que nos haya dado el don de aprender a:
Seamos conscientes de que hay un ojo que nos lo está viendo todo, y que hay una recompensa para aquellos que tratan de vivir con orgullo y humildad. ¡Entonces serviremos como un rey ante Dios!
Dios otorga seguridad y respeto en la fuerza de los piadosos y el Proverbio 12:13 nos da el mensaje de tener cuidado de nosotros como piadosos. El versículo dice: “Los necios hablan de su propia vergüenza, mas los prudentes se callan.” El ser orgulloso de nuestra confianza en Dios nos regala seguridad y honor.
Sin duda tener orgullo es un don divino, nos aliena a hacernos fuertes y desarrollar sentimientos dignos. Siendo sinceros con nosotros mismos y evitando vernos a través de los ojos de los demás, nos fortalecemos. La BibliaOnline nos aconsejan ser consecuentes y estar orgullosos de nuestra lealtad hacia Dios, siempre con miedo y reverencia. Al tener un enfoque de mostrar orgullo en lugar de burla, nuestra alma se alimenta de la verdad que nos hace más conectados con nuestro Creador.
El orgullo es un vicio destruido por la humildad, y quien busca entregar su orgullo a los pies del Señor se verá bendecido con sus virtudes. Proverbios 28:19 nos dice: “El que cultiva su propia humildad se encuentra con el orgullo señalado como una virtud agradable para el Señor”. Esta escritura nos ayuda a comprender que el orgullo, cuando se deja de lado y está vinculado a nuestra humildad, puede ser una característica que nos aleja de los placeres mundanos y nos acerque más al Señor.
La generosidad, la empatía y la fraternidad son algunas de las cualidades que seguramente el Señor aprecia en nosotros, pero ¿cómo conseguir desarrollarlas? La respuesta está en el mismo Paraíso: practicando humildad. Debemos dejar de lado nuestras creencias, pensamientos y prejuicios ante aquellos que no tienen los mismos valores. Al rendirnos a Dios, permitimos que Él guie nuestro destino, sin importar lo que los demás piensen de nosotros. Solo así podremos alcanzar el orgullo señalado como una característica agradable para el Señor (fuente).
El orgullo es una característica vital de muchos de nosotros, tanto para nuestro bienestar como para nuestra destrucción. El libro de los Proverbios nos mantiene en la verdadera dirección de nuestra vida con su sabiduría y consejos. Proverbio 15:12 dice lo siguiente: “Nuestro orgullo nos abate, pero la humildad da sensatez”.
El orgullo nos aparta de la verdad y nos produce un fracaso. Irónicamente, esto nos roba la gloria de la que podemos disfrutar si regresáramos al verdadero sendero de Dios. Por el contrario, la humildad nos lleva a la verdad, lo que nos permitirá disfrutar de la bendición divina. De este modo, la humildad trae cosas buenas como la sabiduría, el conocimiento, la sensatez y el valor.
Es hora de comenzar a luchar contra el orgullo y la soberbia en nuestras vidas. Esto implica aceptar nuestras debilidades y admitir el papel que juega Dios en el universo. El mundo sería un lugar mejor si todos nosotros demostráramos más humildad como modelos para los demás. Aquí también hay un papel importante que desempeña la humildadque muestra el verdadero amor y respeto por otros dirigidos a la alabanza de Dios.
El dicho biblico Proverbios 28:1 nos enseña que el orgullo que se acumula en nuestros corazones preocupa a Dios. Esta realidad proporciona una profunda lección a cualquiera que esté interesado en vivir una vida en plena armonía con los ideales divinos.
Hoy en día, el orgullo se está convirtiendo en una pirámide inestable de autoafirmación que podría tener repercusiones graves en nuestra espiritualidad. Muchas personas están prestando menos atención al contenido moral de su vida y más atención a los valores del mundo. Esta actitud ignora que Dios etiqueta como pecado el orgullo y que aquellos que no pueden superar este sentimiento seguirán caminos equivocados. Según el autor David Cavazos, Podemos prestar atención a los principios bíblicos y alejarnos de la seducción de las emociones mundanas para vencer el orgullo.
El Proverbio 29:17 recalca con claridad la contagiosa maldad que se expande entre nosotros cuando abrazamos la impiedad y convertimos nuestro orgullo como combustible. Este pasaje bíblico nos recuerda que mientras corramos el peligroso juego de tratarnos unos a otros de manera egoísta, somos muy insignificantes. Por lo tanto, es importante darnos cuenta de lo adecuado y vital que es actuar con rectitud.
Para los fieles, este proverbio nos recuerda que para estabilizarnos y cumplir con el propósito de la vida, necesitamos reconocer la naturaleza espiritual de nuestra existencia. Esto significa honrar y entender la sabiduría y el amor de Dios. Negarnos a hacerlo es perjudicial para nuestra propia alma. Por tanto, en memoria de Él y nuestra salvación, debemos procurar la piedad superior considerando los intereses de Dios y nuestros semejantes antes que los nuestros.
Nada nos llena más que el amor por Dios. No hay nada más hermoso que vivir nuestras vidas sabiendo que El está en el centro de todo. Este amor nos impregna de un orgullo especial. En los momentos de dificultad, como aquellos que dijeron en 1 Pedro 4:7, El nos acoge con un abrazo de amor, orientando nuestras decisiones hacia el bien.
Al compartir este amor con los demás, somos capaces de encontrar la verdadera felicidad. El poder del amor a dios podría conquistar las almas y darles una orientación hacia la luz de su perfecta gracia. Una vez estarán envueltos por este hermoso amor, experimentarán una plenitud y paz que no tiene parangón.
La Biblia nos dice que la igualdad entre hombres no puede ser tomada como un hecho. En Eclesiastés 3:5 se lee: “Todo tiene su temporada, y hay un tiempo para todo lo que se hace bajo los cielos”.
Estás palabras fueron escritas hace mucho tiempo antes de nuestra existencia y aún su significado es válido hoy en día. El ser humano no puede ser igual en todos los sentidos. Cada persona es igual a los demás en su valor como una criatura de Dios, pero hay diferentes habilidades, personalidades, edades y culturas que significan que nadie es exactamente igual a otra persona. Por lo tanto, el orgullo de lo que nos hace únicos debe apreciarse en lugar de tomarlas como reglas. Las cualidades que nos hacen individuales son un don precioso y debemos usarlas para el bien común. De la misma manera, el orgullo debe ser un puente de unión entre nosotros como seres humanos. El versiculo nos recuerda que debemos tener respeto y compasión hacia los demás, es decir, no todos tienen que ser iguales para ser valorados.
Nuestro Señor nos enseña que con orgullo no se puede tener paz en sus vidas. La palabra de Dios nos advierte que “el orgullo provoca discusiones, pero la sabiduría viene con las buenas consejas” (Proverbios 13:10).
Tener orgullo puede ser una distracción muy grande para la armonía que todos deseamos en la vida. Si uno viene motivado por el orgullo, está más interesado en su propia imagen que en el bienestar de los demás. Esto crea divisiones y discordias, que sólo pueden ser superadas mediante el amor y el espíritu de unión, fundados siempre en la Palabra de Dios. Como dice el refrán: “Los que guardan el amor vivirán en paz, pero los orgullosos estarán en constante disputa” (Proverbios 29:23).
Por lo tanto, es imprescindible buscar la solución al orgullo para vivir llenos de paz y felicidad a nuestro alrededor. Debe recordarse constantemente que todas las alabanzas y honores que se reciben no deben servir para inflar el ego sino para motivarse para el logro de nuevas metas. De esa forma evitaremos caer en enemistades y rivalidades que pongan en peligro la armonía a nuestro alrededor. Si lo deseas puedes consultar este artículo para saber cómo llevar el orgullo a la senda cristiana.
Este proverbio nos recuerda que nunca deberíamos o gullernos de nosotros mismos sin estar conscientes de que somos creados por Dios. Con esto en mente, es importante respetar cualquier cosa por la que nos sentimos orgullosos. Ya sea nuestro logro profesional, nuestro carácter, nuestras relaciones, o cualquier otra cosa, finalmente, todo está en las manos de Dios.
Observando este principio, también podemos respetar los dones de Dios a otros. Alabemos a otros por lo que pueden lograr en lugar de sentirnos orgullosos de nosotros mismos. Esto nos ayudará a desarrollar un carácter que esté centrado en los principios del evangelio, como explicado por Explicación Bíblica.
Para muchos, el orgullo eso un valor que se debe cultivar. Sin embargo, como señala el Proverbio 13:4, el orgullo daña a la propiedad, a la justicia ya la equidad.
Mediante el orgullo vemos la vida con una perspectiva distorsionada y, a menudo, pasamos por alto la misericordia y la compasión que el Creador nos muestra. Cultivar la humildad y el amor a los demás nos permite comprender que es el único camino para alcanzar la paz que tanto anhelamos.
Una de las mejores formas de combatir el orgullo es trabajar para construir una relación con Dios. Mediante el estudio de la Biblia y la oración, podemos aprender los valores que Dios aprecia, como la humildad y el amor. Esto nos motivará a mantenernos en el camino recto.
El orgullo a menudo distorsiona la realidad para nosotros, alejándonos de los principios de justicia y equidad.Seamos humildes, guardemos la justicia y estemos atentos a lo que Dios quiere de nosotros para vivir en paz.
La Biblia es clara en su enseñanza sobre el orgullo: desconfiar de él. En Eclesiastés 10:2, se afirma que el orgullo es una forma de pensar excesivamente positivo, lo que significa que supone una aceptación y estima nociva de nosotros mismos, sin tener en cuenta la verdad de las Escrituras. Esta vanidad falsa nos hace perder el equilibrio para comprender la realidad de nuestro papel, fundamentado en el eterno amor y soberanía de Dios. Palabras como “gran” y “mejor” se cuelan en nuestros discursos, provocando que despreciemos la humildad.
Sin embargo, podemos resistir el orgullo al recordar que Dios guía nuestros pasos. Necesitamos buscar su rostro humildemente, para que Él nos muestre la dirección correcta. Aceptar que, a pesar de nuestros méritos, todas nuestras ideas provienen de Él, nos ayuda a mantenernos firmes a Su dirección y su orientación. Abrir nuestro corazón para permitir que Su sabiduría nos gobierne y nos guie, nos ayudará a llevar a cabo una vida de entrega a Dios. Al fin y al cabo, debemos medir nuestras acciones, palabras y pensamientos con la luz de Su Palabra..
El orgullo ciega las mentes de los hombres y aleja a las personas de sus caminos, es por eso que el proverbio advierte a los cristianos apostólicos frente al orgullo.
Enfrentarnos al orgullo es uno de los elementos fundamentales de la vida espiritual. Cuando uno se enfrenta al orgullo, regresa el orden a la vida, eso es lo que expresa Proverbios 29:24.:
Nunca es tarde para volver al sendero que nos lleva a la presencia de Dios, y con un corazón humilde y arrepentido, podemos restaurar nuestra relación con Él y dejar de lado el orgullo.
La Biblia nos recuerda que la verdadera fuerza de los creyentes proviene de Dios y no de un orgullo vacío. 1 Pedro 5:8 dice: “Sobre todas las cosas, cuiden su espíritu porque él es el que los guía a vivir en felicidad”. Esto sugiere que desde que ponemos nuestra confianza en el orgullo, nuestra fuerza se reduce y nos debilita.
Es importante confiar en Dios para todo lo que hacemos. Si confiamos únicamente en nosotros mismos, nos colocamos en una situación difícil. Cuando nos apoyamos en el orgullo para actuar, estamos eligiendo vivir en comodidad y no en plenitud. Esto significa que estamos eligiendo satisfacer necesidades humanas superficiales en lugar de vivir en la armonía con Dios.
Viviendo en armonía con Dios, nuestras fortalezas se activan y nuestra debilidad desaparece. Tenemos la opción de vivir en el poder de Dios y vivir la vida que nos fue otorgada para disfrutar. Solo debemos tomar el paso de dejar de lado nuestro orgullo arrogante para confiar en la promesa de Dios. Al hacerlo, descubriremos que la luz divina iluminará nuestros caminos y nos guiará para vivir en plenitud. Ahora que conocemos la verdad de 1 Pedro 5:8, aquí podemos encontrar la sabiduría para seguir creciendo en fe y entendimiento. Vivir en armonía con Dios será nuestra salvación. Con la historia de estos 25 ejemplos inspiradores, forjados en la Biblia, esperamos haberte mostrado la importancia que tiene el orgullo en la vida de los creyentes. A veces, sentirse orgulloso de las cosas que se han logrado puede ser una motivación para seguir adelante. El orgullo de haber hecho bien algo, de haber seguido considerando el bien a pesar de los desafíos o de haber estado dispuesto a sufrir si es necesario supone un giro importante en la vida de una persona. Que el orgullo proviene de los ejemplos bíblicos nos llene el corazón para que seamos fieles y vivamos con valentía.
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Hola soy Oscar seguidor de la oración. Os dejo todas las oraciones y encuentros con la biblia que pueden ser de vuestro interés.