La Biblia, la escritura religiosa más renombrada del mundo, enfatiza que un creyente debe estar preparado para la guerra espiritual contra las tentaciones del mal. Entender la Armadura de Dios es vital para los creyentes dentro de la fe cristiana. La Armadura de Dios es una armadura de protección del Rey de Reyes y Señor de Señores. Es El quien provee al creyente con protección contra el mal, el pecado y el peligro.
La Armadura de Dios proporciona protección física, mental y espiritual a los creyentes y consta de siete piezas: el Cinturón de la Verdad, la Coraza de Justicia, el Escudo de la Fe, el Casco de la Salvación, el Evangelio de la Paz y la Espada del Espíritu. Aprendiendo a usar las diferentes piezas de la Armadura de Dios y comprometiéndose con la Palabra de Dios, los creyentes pueden protegerse de los ataques espirituales.
La Armadura de Dios es un poder divino insuperable. Es una protección autoritaria contra el maligno, proveyendo a los creyentes con la fuerza espiritual necesaria para mantenerse firmes contra el pecado y la tentación. A lo largo de las Escrituras, Dios utiliza la armadura de Dios para simbolizar las necesidades necesarias para sobrevivir a las luchas y tentaciones que los creyentes enfrentan en el camino hacia sus metas.
Al armarse con la armadura de Dios o proteger sus corazones, mentes y vidas con Su protección inquebrantable, los creyentes pueden estar seguros de que nada podrá interponerse en su camino. Al ponerse la armadura de Dios, los creyentes son recordados de poner su confianza en el Único Dios Verdadero. Con cada pieza de la armadura, se nos recuerda que Dios es capaz de mantenernos a salvo y seguros, incluso frente a la adversidad. La armadura de Dios nos proporciona la fuerza, la sabiduría, la verdad y el coraje para perseverar en nuestros caminos terrenales con fe y confianza.
La armadura de Dios puede ser dividida en siete componentes claves. Cada uno de estos componentes debe ser usado por el creyente para crear un escudo espiritual robusto de protección. El cinturón de la verdad es la primera pieza de la armadura.
Simboliza un sentido de rectitud y un compromiso inquebrantable con la verdad. Le sigue la coraza de justicia, que protege el corazón y el espíritu del creyente en tiempos de peligro. Los pies se protegen con el evangelio de la paz, que representa la paz y la estabilidad que el creyente recibe al conocer a Jesús. El escudo de la fe se usa para desviar las flechas de la tentación y el miedo. Por último, el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu son piezas igualmente esenciales en la armadura de Dios.
La primera pieza de la armadura de Dios es el cinturón de la verdad. Este cinturón simboliza la veracidad, la sinceridad y los comportamientos que buscan la verdad. Le recuerda al creyente que la verdad viene de Dios y cualquier intento de falsedad será expuesto por Él. El cinturón de la verdad expone todas las agendas ocultas y lo revela todo. Nos recuerda que debemos confiar sólo en Dios y permanecer firmes en la verdad de Su Palabra. Al fortalecer nuestra fe con el cinturón de la verdad, nos armamos con el valor para enfrentar cualquier cosa que se nos presente con confianza en Él.
La coraza de justicia es la segunda pieza de la armadura de Dios. Esta pieza simboliza la justicia que viene de caminar en fe. Proporciona protección contra los ataques espirituales, como la atracción del pecado, la duda y el engaño.
La coraza de justicia es vital para la salud y el bienestar espiritual del cristiano. Protege el corazón de las tentaciones y mentiras del enemigo. La coraza de justicia también cubre el cuerpo del creyente, protegiéndolo del peligro y del mal. Llevar esta pieza de armadura permitirá al creyente vivir una vida de pureza moral y rectitud.
El escudo de la fe es la tercera pieza de la armadura y es crucial para protegerse de los ataques espirituales. Sirve de muro contra la tentación, la duda y el miedo. Este escudo de fe crea una fuerte convicción en el creyente, ya que sirve como recordatorio para permanecer firme en la fe.
Este escudo de fe también permite al creyente ver los obstáculos potenciales como oportunidades en lugar de contratiempos. Un escudo de fe puede permitir a los creyentes permanecer tranquilos y firmes ante la incertidumbre o las dificultades. Los tiempos de prueba y tribulación no se vencen solos, sino que el escudo de la fe abre los ojos espirituales del creyente a la comprensión de lo que es real y lo que no lo es.
La cuarta pieza de la armadura de Dios es el Evangelio de la paz. Esta pieza de la armadura simboliza y anima a los creyentes a compartir el mensaje de paz con quienes les rodean. Nos recuerda que debemos aprovechar las oportunidades para proclamar el Evangelio que trae paz y amor.
El calzado evangélico proporciona pruebas tangibles y protección tangible contra los ataques espirituales. Al llevar el Evangelio de la paz, se anima a los creyentes a caminar con firmeza por la senda de la rectitud y a reflejar una fe inspiradora al mundo que les rodea. Cada paso dado en los esfuerzos evangélicos genera un nuevo testimonio de la salvación y la alegría que se encuentran en el Evangelio de Jesucristo.
El yelmo de la salvación es la quinta pieza de la armadura de Dios y es fundamental para proteger la mente del creyente de ser secuestrada por pensamientos negativos. Es un recordatorio de que debemos ser positivos y confiar en el Señor, incluso cuando nos enfrentamos a circunstancias difíciles.
Nos recuerda que una vez que nuestras mentes son renovadas en Su Palabra, podemos efectivamente mover montañas en nuestras vidas. El yelmo de la salvación brilla una luz de esperanza en la vida del creyente, protegiéndolo contra la desesperación, la depresión y el miedo. Recuerda a los creyentes que su seguridad proviene sólo de Dios y que Él es el omnipotente y siempre presente en sus vidas. Usar el yelmo de la salvación amplifica la confianza en el Señor y fortalece aún más la fe del creyente y su relación con Él.
La Armadura de Dios es una defensa efectiva contra los ataques espirituales, el pecado y el peligro, y representa la máxima protección de la máxima fuente divina: Dios mismo.
Aprendiendo como usar las varias piezas de la Armadura de Dios y comprometiendose con la Palabra de Dios, los creyentes son capaces de construir un escudo espiritual que los protege de las tentaciones del mal y funciona para galvanizar su caminar espiritual. Con la fe, la fuerza y el coraje que se adquieren al ponerse la armadura de Dios, los creyentes tienen la seguridad de que nada podrá interponerse en su camino.
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Hola soy Oscar seguidor de la oración. Os dejo todas las oraciones y encuentros con la biblia que pueden ser de vuestro interés.