Por qué lloró Jesús y 11 lecciones de sus lágrimas

Las lágrimas de Jesús fueron un mensaje de profunda compasión de Dios hacia los seres humanos y su mundo. Esto podría ser una de las señales más profundas de amor del que alguna vez haya recibido el mundo. ¿Por qué lloró Jesús y qué pueden decirnos sus lágrimas sobre nuestro propio viaje espiritual? Esta es la pregunta a la que estamos interesados ​​en responder en este artículo. Para el impacto profundo de sus lágrimas, veremos 11 lecciones que se pueden extraer de los versículos bíblicos que explican las circunstancias de las lágrimas de Jesús.

1. Por qué Jesús lloró

Jesús lloró por varias razones, algunas de ellas interconectadas entre sí. Primero, Jesús entendió todas las luchas, dolores y frustraciones que los seres humanos experimentan. Él conocía los peligros y las dificultades para las que las personas se enfrentarían a diario. Por lo tanto, lloró en solidaridad con todos aquellos que sufren. además, Jesús fue más allá de los sufrimientos realizando sacrificios por la salvación de la humanidad. Él entendió mucho sobre nuestras acciones y cómo podíamos alcanzar la santidad desde todos los ángulos. Él sabía que nuestros pecados tendrían consecuencias terribles y lloró por eso. Como dice el versiculo de la Biblia: «He llegado entre la tierra y lo que miro es un veso de llanto». Él grabó su propia muerte con tristeza y desesperación. Como dados este articulo de la iglesia bautistael Cristo se sintió completamente solo en el momento en que el Padre lo desamparó y ya no recibió una respuesta a sus súplicas.

2. 11 lecciones de sus lágrimas

Nuestro llanto y sufrimiento son inevitables en el mundo moderno. Las lágrimas, sin embargo, no siempre significan tristeza; Estas también cuentan con una historia de transformación y crecimiento. Estas son algunas de las lecciones que nos enseñan nuestras lágrimas:

  • Fuerza para afrontar el cambio: Nuestras lágrimas nos dan fueza para afrontar situaciones en las que la única opción es cambiar. Permítete sentir tus lágrimas.
  • Somos susceptibles a la tristeza: Nuestro mundo nos resulta desgarrador, por ello es normal sentir tristeza. Aprende a entender, sentir y manejar tus emociones.
  • La importancia de la vida: De nuestras lágrimas surge una sensación de plenitud que nos recuerda el don de la vida. Celebremos este milagro con una mirada agradecida.
  • Tranquilidad: Nuestras lágrimas nos dan paz y tranquilidad para aceptar las situaciones que son imposibles de cambiar.
  • Valoración del pasado: Nuestras lágrimas nos ayudan a honrar los recuerdos de la vida pasada. Es importante reflexionar sobre cómo nos ha formado nuestro pasado.
  • Consuelo en el sufrimiento: Nuestras lágrimas nos permiten sentir el consuelo con el que el Señor nos colma en los momentos difíciles. Pasa tiempo buscando consuelo en oracion.

Como establece el Salmo 56:8: «Y Dios mira mis lágrimas». Dios conoce nuestras tristezas y nuestras lágrimas son un sacrificio aceptable a sus ojos. Ofrecemos a Dios nuestras lágrimas, nuestras tristezas y nuestras alegrías con la seguridad de que Él nos trata con amor y compasión inmerecida.

3. La importancia de llorar

Llorar es una herramienta invaluable para la salud emocional. Durante el proceso, nuestras emociones se liberan y nos sentimos aliviados después de llorar. Esto nos permite sentirnos mejor y afrontar situaciones estresantes. Algunas personas piensan que llorar les hace sentir débiles, pero eso no es así.

Desde la perspectiva de lo espiritual, creemos que llorar es un remanso de paz vital para el alma. Lloremos para acoger el dolor de los demás. Lloremos por la alegría que compartimos. Llorar nos fortalece emocionalmente. A través del llanto, nos acercamos a Dios, especialmente cuando nadie más parece estar allí. de hecho, llorar es la manera de hablar a Dios.

Las lágrimas de Jesús nos recordaron el valor de la compasión, la misericordia y el amor. Con sus lágrimas se nos ofriel un regalo invaluable: la esperanza de encontrar consuelo y comprensión. Aprender de este ejemplo significa que no hay nada más permanente que el amor de Dios y que incluso en la cruda realidad de la angustia y la tristeza, hay un lugar donde encontrar comodidad. Gracias por leer este artículo y que el amor de Dios esté contigo.

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